Mis raices culturales, las tuyas y las del consumidor : Un nuevo entendimiento.

En algún momento conversaba con alguien y le decía que cuando uno abraza las tradiciones positivas la magia llega, más allá de lo que se conoce como “típico” en cada cultura esto que digo se refiere realmente a las tradiciones, a las costumbres donde se conectan unos con otros. No todas las personas provenientes de la misma cultura y origen se comportan de la misma forma decía un profesor mio en mi clase de comunicación intercultural.

Hace muchos años, casi dos décadas inicié una búsqueda personal en la que quería identificar de dónde venía en términos sociales y culturales. De donde viene mi forma de percibir el mundo y como puedo expandirme aprendiendo de otras culturas. Que puedo aprender de otras formas de vida e incorporarlo a la mía, así que desde la curiosidad de observar mi entorno, mi cerebro siempre me pedía respuestas y formas de alimentarlo.  

En ese orden de ideas buscando y buscando nunca encajaba en ninguna parte, ni tampoco buscaba hacerlo solo quería ver más allá de mi propia realidad, siempre encontraba más preguntas que respuestas poco a poco  me alejaba o me acercaba a mi origen y a mis tradiciones. Durante épocas difíciles comencé a rechazar de forma inconsciente y quizás consciente también mi propia cultura, me daba cuenta que muchas de mis tradiciones me ataban a espacios negativos, donde yo sentía que en vez de renacer, moría. Pensaba siempre, ¿Me estoy traicionando a mi misma? o porque siento esta negatividad en vez de ver un impacto positivo a través de mis tradiciones y raíces. No entendía, me sentía una traidora a mis propias  costumbres por buscar lo que me daba paz y tranquilidad, llegue hasta el punto de dejar de trabajar en mi idioma materno, me aleje profundamente  de todo lo que me era familiar y conocido para adentrarme en otras realidades idiomáticas y culturales.  

Me sentía como en el lugar equivocado, todo errado. En medio de la búsqueda llegué a lugares donde tampoco encajaba, sin embargo como dije antes ese no era el fin, encajar, el fin era encontrar cómo se relaciona uno con su origen, sus tradiciones, raíces y costumbres.  O por lo menos como era mi relación y porque esa relación que tenía me embargaba de  tanto dolor y tristeza. Pensaba en como despersonalizar la situación, como ver mi historia en perspectiva.  Después de muchas búsquedas encontré una respuesta a uno de mis tantos interrogantes.   Algunas costumbres y tradiciones, la cultura que uno lleva, traen un bagaje cultural, es decir unos patrones rigidos que no siempre afectan de forma positiva nuestro desarrollo  como individuo y eso es un tema en cada persona. Es decir entendí qué puedo abrazar mis tradiciones y raíces las que son positivas para mi y dejar ir el bagaje cultural, no podría decirlo de la misma manera para otros porque imagino es una búsqueda y trabajo individual. Me aleje tanto pero tanto de lo que yo conocía como mi esencia desde el lado cultural de mi origen que navegue en aguas inexploradas que además eran ajenas, lejanas y opuestas a lo que yo aprendí, a lo que me enseñaron y a lo que conozco desde niña, esa lejanía me permitió ver claramente lo que me cuestionaba.

La base de la comunicación intercultural es entender que ese “otro” (diferente a mi desde mi punto de vista) no es ni malo ni bueno, es diferente, tampoco es incorrecto y no se puede juzgar, no se debería en primera instancia. Y ese “otro” (othered por el concepto en ingles) al final, somos iguales, entre las diferencias se encuentran  más similitudes, y ese otro desaparece al incluirlo en nuestra realidad y reconocer en él y en uno lo que nos une o nos discrepa. 

Después de distanciarme de lo que consideraba mi esencia y atravesar todo eso de mis tradiciones, sentía que no me pertenecían, que no me representaban y aun me causaban dolor. Aprendí a ser realmente empática y compasiva, pensaba que lo era pero no, incluso estaba muy lejos de serlo, era solo amable y educada pero no empática y mucho menos compasiva. Ese descubrimiento de mi misma me cuestionó tanto, que me llevo a aprender. Atravesé un choque cultural con mi bagaje cultural y con mis propias raíces hasta que encontré todas aquellas tradiciones con impacto  positivo con efectos positivos en mi vida y con las que si me sentía y aun me siento identificada.

 Deje de acusarme de traidora y al contrario comencé a ver más allá de lo evidente conectándome conmigo y otros sin ese bagaje cultural o esos patrones que me nublaban la vista y el descubrimiento del otro (sin comillas, porque me refiero al otro como un igual en terminos de respeto y con sus diferencias como excepcional).

Al recorrer este camino personal unido a mis estudios en cultura e historia, en comunicación intercultural confirmo que podemos comunicarnos sin barreras a través de nuestras tradiciones positivas especialmente con la tradición culinaria. Esto se debe a que la comida une y no separa, el compartir que representa la comida también habla de donde viene el otro cuál es su esencia y como la comparte. Y en ese compartir se libera la mente y se abre a otras culturas sin prejuicios.

A través de la tradición culinaria es posible conectar con otras culturas de forma profunda y dejar entrar a otros a tu cocina, a tu mesa, a tu vida sin reparos, sin miedos, sin agresión. Igual sucede con la literatura y la música que es el idioma universal, y por supuesto el aprendizaje e inmersión en los idiomas.

El choque cultural va más fácil empezando con las tradiciones positivas, el choque cultural abre la mente a otras experiencias que pueden aportar nuevas enseñanzas a tu vida. Con el choque cultural se aprenden otras habilidades también, aún no encajo en ninguna parte porque nunca busqué encajar de hecho me gusta tener un pedacito de aquí y de alla con todas esas diferencias e influencias que me convirtieron en lo que soy ahora. Alguien diferente seguro de lo que era hace unos años y alguien que seguro seguirá evolucionando. Mi historia es mi historia y cada una es única e irrepetible de ahí la importancia de entender cada una y cada experiencia, algo importante para recordar y es que no hay una única historia esto es esencial, no hay una sola perspectiva siempre existirán varias aristas. Mi historia es una de tantas y seguramente no es la única.

Para recrear mejor este tema les comparto una charla de una mujer maravillosa,  una  de mis escritoras favoritas!

Chimamanda Ngozi Adichie  The danger of a single story  – El peligro de una sola historia (subtítulos en español)

Igual sucede con el consumidor cada uno tiene su individualidad y sus propias preferencias y cada vez es más complejo encasillarse en un solo perfil único, ellos pueden tener las mismas descripciones social demográficas y el mismo perfil de Personas pero sus intereses son distintos al igual que su sueños, además estos pueden evolucionar lo que es hoy mañana puede no ser.  Todas esas formas de vidas entrelazadas conforman otro segmento de mercado, de una población activa que consume y se conecta fácilmente entre sí con menos bagaje cultural de forma más fluida,  con menos obstáculos y con otros grupos con diferentes características donde los idiomas y la comunicación intercultural están a la orden del dia.

Un ejemplo de eso es la serie que puedes ver en la plataforma Netflix llamada  “The Chair”  sencillamente maravillosa

Para concluir, así como comentaba en el post anterior las variables socio culturales son importantes y hay que analizarlas con cuidado porque los datos que se obtienen van más allá del género y otras variables porque  el consumidor ya no se define ni se siente representado en un solo  contexto.  

Después de todo, hay una gran posibilidad de que  mi necesidad de conectar con otras  culturas y entenderlas  se origine en el hecho de haber nacido en Colombia, uno de los países con mayor diversidad cultural en el mundo.

Gracias si llegaste hasta aqui !

Hasta pronto !

@anycaperucita